La política, los medios de comunicación y la amenaza del terrorismo

Este ensayo investiga la conexión entre los actos terroristas y las diversas formas de comunicación. El terrorismo depende de los canales de comunicación para utilizar sus actividades como una especie de propaganda. Sin embargo, para los fines de los canales de comunicación, las acciones de los terroristas se transforman en información que satisface la necesidad y interpretaciones del terrorismo por Walter Laquer de los canales de informar. Este artículo examina los aspectos más importantes de esta relación, así como los retos que han surgido como resultado de esta simbiosis.

El índice de las listas

¿Es usted miembro de la institución que representa? Por favor, firme este acuerdo. 1 Boletín de la Federación Jurásica, fechado el 3 de diciembre de 1876 Esta fuente es mencionada por Walter Lacker en su libro "A History of the1". No se puede exagerar la influencia de los medios de comunicación en el fenómeno del terrorismo. Los resultados de los atentados terroristas tienen que ocupar un lugar destacado en la primera página de los periódicos, en los telediarios y en el primer lugar de la agenda de las noticias de la noche en la televisión.

Es posible argumentar, de acuerdo con los anarquistas del siglo XIX, que el terrorismo es una extensión de la propaganda. Esto es así si, según el dictamen de Clausewitz, la guerra es una extensión de la política mediante el empleo de otra herramienta. "Propaganda con hechos" fue una frase acuñada por Pisacane, un héroe del Risorgimento que falleció en 1857 durante una expedición a Calabria. "En su declaración de 1876, los anarquistas italianos Malatesta y Cafiero sostenían que "el hecho de la rebelión, dirigido a la afirmación por los hechos de los principios socialistas, es el medio más eficaz de propaganda y el único que, sin engañar ni corromper a las masas, puede penetrar hasta las capas sociales más profundas y conducir las fuerzas vivas de la humanidad a la lucha que dirige la Internacional".

El hecho de la rebelión, dirigida a la afirmación por los hechos de los principios socialistas, es el único medio que, sin" 1 2 Dejando a un lado las consideraciones políticas, la distinción más significativa entre el comportamiento criminal en general y un acto de terrorismo es probablemente el hecho de que, mientras que la mayoría de los delincuentes comunes no necesitan notoriedad para realizar sus objetivos, los terroristas requieren invariablemente de la propaganda para lograr sus objetivos. Cuando lleva a cabo un acto de terrorismo, el terrorista siempre profesará su responsabilidad personal por el crimen, sin embargo, después de robar una joyería, el autor nunca se dirigirá al propietario del negocio para confesar el crimen.

Bibliografía en inglés

Según Sánchez Ferlosio, las muertes fruto del terrorismo se denominan "muertes firmadas", y ello porque el terrorista exige desde el primer momento que la muerte lleve su nombre, aceptando así la responsabilidad de la misma. El reconocimiento de esta muerte y su cobertura pública en los medios de comunicación, en la radio y en la televisión, es la prueba de un acto de horrible crueldad: el recuerdo de las circunstancias anormales en el cerebro de este hombre anormal genera complacencia en la mente del criminal.

El reconocimiento de esta muerte y su cobertura pública en los medios de comunicación, en la radio y en la televisión es la prueba de un acto de horrible crueldad. Y es triste pensar que el asesinato, el secuestro o la tortura, cuando se mantiene a una persona encerrada en una habitación del metro durante numerosos y excesivamente largos meses, o la muerte de un jubilado de un tiro en la nuca en una calle de Madrid, o la explosión del cuerpo de una niña despedazado, dan cierto placer a los autores de tales actos, y que los medios de comunicación son en parte responsables de ello.

Por otra parte, también es triste pensar que los medios de comunicación se han convertido en partícipes involuntarios, y la razón principal es que el acto de terrorismo en sí mismo es en gran medida intrascendente.

Es evidente que son un vacío, representado por el signo cero, porque la destrucción del término y su significado lógico sugieren que lo son. En este sentido, la relación entre las noticias y los hechos se invierte: mientras que en el caso del terrorismo, las palabras se invierten, y los hechos se suministran de una manera que requiere la presencia de noticias, la relación entre las noticias y los hechos se invierte.

Robert Laqueur

Walter Zeev Laqueur fue un historiador y analista político estadounidense que nació en Wroclaw el 26 de mayo de 1921 y murió en Washington, D. C. , el 30 de septiembre de 2018.

Biografía

Para evitar la persecución nazi, tuvo que abandonar Alemania. Buscó seguridad en el Mandato Británico de Palestina, pero sus padres no pudieron hacerlo y perecieron en el Holocausto. Posteriormente se instaló en Estados Unidos, donde ocupó un alto cargo en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington desde 1969 hasta su muerte.

Anteriormente había vivido en Israel e Inglaterra. Fue profesor en las universidades de Georgetown, Tel Aviv y Harvard, y director del Instituto de Historia Contemporánea y de la Biblioteca de Viena en Londres. Fue cofundador del Journal of Contemporary History con George Mosse.

Sus escritos se centran más todo en la historia de Europa de los siglos XIX y XX, en especial la de Rusia, Alemania y Oriente Próximo. Ha escrito mucho sobre la juventud de Alemania, el sionismo, la historia de Israel, la República de Weimar, Rusia, el Holocausto, el fascismo, la Guerra Fría, la violencia política, el terrorismo y las tácticas de guerrilla.

"Walter Laqueur" tiene 15 títulos diferentes.

Apilar más libros La guerra interminable El problema del terrorismo, su historia, su presente y el inquietante futuro que se avecina se abordan en este libro de Walter Laqueur, uno de los más reputados politólogos que trabajan en Estados Unidos en la actualidad. ¿Quién mueve los hilos de las tramas terroristas? ¿De qué fuente de financiación se trata? ¿Podría el terro. Este libro aborda las cuestiones que ha estudiado Walter Laqueur, uno de los politólogos más destacados de Norteamérica.